Qué quién cuándo dónde cómo porqué, son las preguntas que toda información busca responder. Cuando la redacción de una noticia logra contestar a las cinco primeras y no impide que sea el lector, desde su subjetividad, quien responde la sexta... personalmente considero que la noticia esta bien redactada, el que la ha escrito ha hecho su trabajo, y el receptor obtiene algo a cambio de su atención e interés.
El interés del receptor, su mejor o peor valoración, en cambio condiciona que existan noticias, en mayor o menor medida, difundibles y difundidas.
Existe una relación simbiótica en el proceso informativo en el que tanto los gestores de las noticias como sus receptores participan. Para que exista un periodismo fuerte es necesaria una opinión pública fuerte; para ostentar tal fortaleza hace falta una ciudadanía vigilante y concienciada; para que la ciudadanía sea activa los gestores de los medios de comunicación deben replantearse sus propuestas comunicativas, el modelo de comunicación y los intereses que condicionan un proyecto de comunicación ética, justa y útil.
La comunicación debe tender a la intercomunicación tanto como la comunicación social debe acercarse a la comunicación interpersonal. La estructura informativa debe replantearse y afrontar estos nuevos retos o sucumbir frente a su dimensión puramente empresarial abandonando el púlpito que le otorga la pretendida satisfacción del derecho a la comunicación y a la información de los ciudadanos.
El ciudadano debe exigir tal cambio; los periodistas, perseverar en un periodismo ético. Nos necesitamos los unos a los otros; no podemos dejar el dominio de la realidad fuera de la realidad misma, no deberíamos, no.
(fuente foto).
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