Hasta ahora, en los tres artículos anteriores, hemos realizado una exposición interconectada de las teorías concernientes a un tema mayor que podríamos llamar "los efectos de los medios de comunicación". Antes de continuar con otras teorías (la del vacío de conocimiento o la perspectiva de los usos y gratificaciones, que serán las que seguirán a éste y concluirán con el tema) nuestro artículo introducirá otro área, "las funciones de los medios", que perfectamente podría conciliarse con el tema tratado hasta ahora.
Y nada mejor que enlazar los temas hablando de la disfunción narcotizante, pero antes hay que contextualizar el tema. El Funcionalismo auna los términos sociedad y cultura en un conjunto, o sistema integrado, funcional, en el que cada uno de los elementos del mismo debe estudiarse ateniendo las relaciones que establece con el resto de los elementos que conforman el sistema. En pocas palabras, se parte de un enfoque holístico para tratar de descubrir las propiedades emergentes y realizar modelos mucho más naturales de la sociedad (entendida como sistema), sus relaciones, y por qué no, sus efectos.
Los pilares de la teoría sistémica son cuatro:
-El principio de conservación del modelo y el control de las tensiones.
-La adaptación al ambiente.
-La persecución de la finalidad.
-La integración.
Las ideas parecen intuitivas, casi icónicas, debido a que en la naturaleza, entendida también como sistema (ecosistema) rigen de igual forma y se aplican por igual con diferentes resultados ateniendo a la complejidad de cada conjunto o subconjunto.
Y hasta aquí la explicación del Funcionalismo; vamos a exponer las funciones encontradas hasta el momento para el subconjunto, del conjunto sociedad humana, "medios de comunicación".
Las funciones principales son:
Informar.
Educar.
Entretener.
De ahí que se hable de comunicación informativa, educativa, o de entretenimiento sin atender a términos completamente estancos, sino por su especial finalidad (principio de persecución de finalidad) o funcionalidad.
A las anteriores funciones se pueden añadir otro grupo de funciones "accesorias" o de segundo órden, aportadas por Harold Lasswell, que contribuyen al principio de conservación del modelo y control de las tensiones del sistema sociedad humana:
Vigilancia del entorno.
Correlación de los individuos, instituciones, etc. del conjunto sociedad.
Transmisión del legado social (cultura, moral, tradiciones, personajes célebres, gastronomía, fiestas...).
Con Lazarsfeld y Merton se da un paso más, casi decisivo, en el funcionalismo aplicado a los medios de comunicación. A Merton, con su funcionalismo relativizado, debemos las distinción entre funciones manifiestas (las finalidades buscadas), latentes (son las consecuencias directamente no buscadas, pero que refuerzan al conjunto sociedad humana, funciones emergentes) y las disfunciones (o consecuencias indeseables). El concepto de equilibrio es fundamental para entender su concepción funcionalista conservadora de la sociedad (los cambios sociales representan un cierto peligro para el sistema social ya que son mucho más rápidos, impredecibles que los cambios que pueden asumir los subconjuntos tradicionales que conforman el sistema social). Esta concepción resulta interesante para analizar los cambios, la sociedad y la cultura a lo largo de la Historia, el poder transformador de las ideas y la capacidad de los sistemas y subsistemas para "integrarlas", o adaptarse a su presencia para contrarrestarlas.
Entre las aportadas por Lazarsfeld y Merton se encuentran
Conferir prestigio o estatus, tanto a cuestiones públicas, instituciones, organizaciones, movimientos sociales o individuos.
Imposición de normas sociales.
Esta última, una disfunción, hace referencia a que la sociedad tiende ante una estimulación mediática continuada a confundir el conocimiento de un hecho, noticia, etc. con la acción (pasotismo). El individuo interioriza su relación con los medios de comunicación (transmisión) asumiendo el papel de espectador contemplativo sobre el que orbita una realidad teatralizada en la que el solo asume su papel de actante englobante, quejándose, riendo... reduciendo su actuación a la elección del canal, el programa y el volumen. De aquí vienen expresiones como caja tonta, programación basura, reality... de la relación grotesca entre medios y espectadores.
Charles Wright no habla de funciones, sino de actividades de la comunicación.
Vigilancia (recopilación y distribución de información, es decir, la "circulación de noticias").
Correlación (interpretación de la información y el establecimiento prescripciones sobre los acontecimientos, como las máquinas de consenso).
Entretenimiento (llenar el tiempo de ocio).
Refuerzo de las actitudes previas (las conductas normalizadas y preestablecidas, convencionalismos).
El análisis de las funciones y disfunciones de los medios resulta una gran herramienta en la elaboración y crítica de los contenidos desde el rigor y la eficacia, por ello son elementos que debemos tener en cuenta como ciudadanos y comunicadores.